El trasplante de hígado ha sido el tratamiento estándar principal para muchas enfermedades hepáticas en etapas finales. Últimamente, el injerto a largo plazo y la sobrevivencia del paciente son comunes después del trasplante, sin embargo, el receptor debe ser sometido a inmunosupresión, lo que impide una buena calidad de vida y puede reducir la sobrevivencia promoviendo el desarrollo de cáncer o incrementando el riesgo de infección, enfermedades cardiovasculares y fallas en los riñones. Por ello, hay una necesidad de impulsar los protocolos después del trasplante.
Se ha demostrado que las células madre mesenquimales tienen un potencial anti-inflamatorio e inmunoregulador, lo que sugiere que estas células podrían ser de interés en el trasplante de órganos sólidos.
Referencias:
Detry O, Vandermeulen M, Delbouille MH, Somja J, Bletard N, Briquet A, Lechanteur C, Giet O, Baudoux E, Hannon M, Baron F, Beguin Y., Infusión de células mesenquimales después del trasplante hepático: un estudio clínico abierto de fase I-II, Journal of Hepatology, 2016-2017.